*Columna sobre las reformas educativas neoliberales y el Operativo Aprender Por Matías Ledesma, estudiante de Ciencias de la Educación, UNLuLas medidas de corte  neoliberal que pretende llevar a cabo en educación el gobierno de Mauricio Macri, apuntan a debilitar la propia institucionalización de la escuela pública. Estas políticas públicas son sugeridas por los grandes organismos de crédito. Al adquirir deuda con el Fondo Monetario Internacional (F.M.I.), el Banco Mundial (BM) fija las condiciones de pago: se tiene que proceder a una reestructuración de la deuda para poder pagar los intereses. Cuando se llega a un punto en el cual la deuda crece en vez de bajar, o simplemente ya no hay manera de pagar, lo que queda por hacer es reestructurar la deuda. Al reestructurar la deuda el F.M.I. evaluará el caso y el BM presentará un esquema de pagos. El BM recomienda entonces una reconversión a fondo de lo público, un “proceso de modernización” que afecta directamente al campo educativo con el fin de mejorar su rendimiento y  adaptarlo a la demanda del mercado. Como el gobierno no tiene dinero para esta reconversión, el BM se lo presta, pero bajo la condición de ejecutar la reforma educativa que él mismo prescribe. Hoy en día, el BM  financia la privatización de la educación pública desde el Estado, aportando los recursos e imponiendo las condiciones de los programas que los gobiernos aceptan; el caso más cercano en el tiempo es el de México, país en el que luego de la presentación de los resultados de la evaluación 2015-2016, el secretario de educación Aurelio Nuño anunció el despido de 3360 docentes, lo que generó grandes revueltas en el magisterio mexicano.Desde una perspectiva neoliberal, se sostiene que la educación sirve para el desempeño en el mercado y por lo tanto su expansión potencia el crecimiento económico. En este sentido, Pablo Gentili, Secretario Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, afirma que la educación: “es vista como la actividad de transmisión del stock de conocimientos y saberes que califican para la acción individual competitiva en la esfera económica, básicamente en el mercado de trabajo”. (Revista EDUCAÇÃO & REALIDADE, v.20, n.1). Pero en la actual crisis económica, ya no se trata de formar individuos que se desempeñen productivamente en un mercado de trabajo en permanente e ilimitada expansión. El desafío hoy, es formar para la competencia en un mercado de trabajo cada vez más restringido y donde sólo los “mejores” conseguirán tener éxito.El neoliberalismo constituye hoy en día un proyecto que pretende llevar a cabo un profundo proceso de reestructuración material y simbólica de nuestras sociedades y debe ser comprendido como un proyecto de clase que orienta de forma articulada un conjunto de reformas radicales en el plano político, económico, jurídico y cultural. El neoliberalismo es, simultáneamente, original y repetitivo; crea una nueva forma de dominación y reproduce las formas      anteriores.De acuerdo con Ángel Díaz Barriga, pedagogo mexicano, a partir de la instauración de una política educativa de corte neoliberal, se buscan justificaciones académicas que permitan justificar la restricción del acceso a la educación. Estas justificaciones crean nuevos fetiches pedagógicos que se caracterizan por su debilidad conceptual, tal es el caso de términos como  “calidad de la educación”.Estos discursos de la calidad no hacen más que profundizar la diferenciación y la segmentación del sistema educativo que aun hoy premia a los mejores (que son  los que siempre tuvieron privilegios) y castiga a los peores (que son los sectores más empobrecidos). El neoliberalismo entonces, formula una promesa de calidad que se deriva de una lógica mercantil y dicha promesa no es universal, porque la universalidad contradice la propia dinámica competitiva en la cual ella se fundamenta: sin competencia meritocrática es imposible alcanzar criterios de calidad en la distribución del servicio. Desde esta perspectiva la calidad remite al establecimiento de un rígido sistema de diferenciación y segmentación de la oferta educacional, por lo tanto, la calidad sólo se conquista flexibilizando los mercados educacionales.En este sentido, se buscan instrumentos que legitimen la restricción a la educación: este es el papel que se le confiere al examen de opción múltiple del “operativo aprender 2016”. El examen es un instrumento a partir del cual se reconoce administrativamente un conocimiento, pero igualmente no indica cuál es el saber del sujeto. Este énfasis en la calidad de la educación fomenta la aplicación de este tipo de programas que con el supuesto objetivo de mejorar la calidad del proceso del aprendizaje dentro de las escuelas en general, tienden a promover políticas de evaluación y de gratificación o de promoción y reconocimiento de trabajo docente, que se basan en criterios meritocráticos y en criterios de productividad que tanto en México como en Chile han producido una enorme diferenciación salarial dentro de todos los trabajadores de la educación.Las políticas neoliberales en educación fomentan la segregación y benefician a los sectores pudientes; no forma ciudadanos, sino consumidores; dice que la democracia es poder elegir en el mercado, dando una sensación de libertad y democracia que en realidad es destructiva. Rechazar la aplicación del operativo Aprender 2016 es defender la educación pública. La organización docente y el debate  de este tipo de medidas son clave para ponerle un freno a la avanzada privatista que impulsa el Banco Mundial sobre la educación pública argentina y latinoamericana.