San Andrés de Giles, AR
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Desde el parto hasta cruzar el disco

A medida que uno se va acercando al Haras Orilla del Monte comienza a ver una inmensa arboleda semi seca, con sus hojas amarillas que, por la época otoñal, van tapando el verde del pasto, y que contrastan con el celeste del cielo de este frío sábado. Todo luce meticulosamente ordenado. No es un campo más. Es la casa de cientos de caballos pura sangre de carrera que, para no ser menos que su entorno, también se ven brillantes.El rosarino Carlos María Lagos casi sin querer consiguió el nombre que actualmente tiene su Haras. Aquella mañana, en Entre Ríos, el capataz del campo le comunicó que una de sus yeguas había parido y que se quede tranquilo, que el potrillo iba a ser bueno porque “nació en la orilla del monte”. Así fue como nació el nombre del Haras ubicado en el kilómetro 97,5 de la Ruta 7, justo al inicio del camino que nos lleva hasta Cucullú, donde tiene 140 hectáreas, además de otras 150 en Villa Espil, donde también hay animales.Allí nos espera Ignacio Pereiras, el médico veterinario del Haras, que se encarga de la veterinaria, de la parte de producción y que además hace las veces de encargado, dispuesto a contarnos y mostrarnos todo acerca de este lugar, de cómo se crían los caballos, desde su gestación hasta que corren en los principales Hipódromos del país, y también de qué se trata el turf.En primer lugar, Nacho nos aclara que “la crianza de caballos de carrera y las carreras mismas están regidas por el Stud Book, que es un reglamento que la actividad tiene en el país y que impide realizar cualquier maniobra que sea para sacar ventaja”.Mientras caminamos entre los boxes, Pereiras asegura que en dos meses empezará la etapa en la que más trabajo tienen: la temporada en que las yeguas paren. Pero el principio de todo fue en agosto del año anterior, cuando los padrillos dan su servicio a cabresto a las yeguas. Un padrillo puede dar, dependiendo de la libido y la capacidad para preñar, 2 o 3 saltos por día. “Nosotros tenemos un padrillo propio que trajimos de EE.UU., llamado Curlinello, y también tenemos sociedades con varios padrillos, como Orpen, que es uno de los más importantes del país, que hacen doble hemisferio, esto es que sirven en la primavera del hemisferio Sur y luego viajan y sirven a las yeguas en la primavera del hemisferio Norte”, agrega Nacho. El Stud Book prohíbe la transferencia de embriones y la inseminación artificial en esta actividad.El Haras tiene un plantel de 70 yeguas madres en este momento, lo que para el veterinario es “un plantel chico, pero de muy buen pedigree, muy buenas yeguas, esto hace que el Haras tenga buenos resultados”. Una vez pasados los 11 meses de gestación, cuando se acerca la fecha de parto, las empiezan a encerrar de noche en boxes, en un galpón de maternidad, mientras un sereno las vigila. Pereiras sostiene que “hay que tener dedicación full time cuando nace el potrillo, porque tiene diarrea, no mama y, además, ya desde muy chico se le pone un bozal, se lo hace cabrestear; se interactúa todo el día con el animal”. A los 6 meses, esos potrillos se destetan, se los separa en machos y hembras, y se los empieza a meter en los boxes para prepararlos para la venta. Una vez que los dejan fijos en boxes, se varean en el picadero 3 o 4 veces por semana, y se los prepara para que estén bien presentados y lindos para venderlos. Leopoldo Lagos, hijo del dueño, es el encargado de ponerle el nombre a los potrillos que nacen en el Haras, que tiene que ser en inglés y siempre la letra inicial tiene que ser igual a la letra inicial del nombre de la madre.Pasados los 40 días, los potrillos se inscriben en el Stud Book. Desde el Haras se debe enviar un dibujo que detalle bien su marca, su pelo, los remolinos, etc. y luego te mandan a un inspector que controla que sea ese potrillo el del dibujo. Además se les saca pelo para el ADN y se les pone un microchip (sí, leyó bien: un microchip) con un código de barras en el cuello para que, cuando corra o alguna otra situación lo requiera, le pasen el lector y así salga toda la información de ese caballo.A medida que vamos recorriendo con Nacho, nos cruzamos con varios de los 20 empleados que tiene el Haras y nos cuenta que “de toda la generación que nace en un año, casi todos los machos se ponen a la venta y a los potrillos se los vende potros, o sea sin domar, a los que el comprador se los lleva a un entrenador que se encarga de todo, del vareo, del herraje, de anotarlo en carreras, etc.”. En cuanto al precio en el que se venden, asegura que depende de, por un lado, el físico y el aplomo que tenga el equino, y por el otro, del pedigree. El veterinario recibido en Tandil, asegura que “este año se vendieron caballos desde 500 y 800 mil pesos, que es un muy buen precio, pero también hay más baratos que pueden salir 50 mil pesos.”Al contrario de lo que ocurre con los machos, en el Haras se quedan con las mejores hembras o las que más les interesan. Esas se doman aquí y después se llevan a los studs que tienen en San Isidro y en La Plata. “El Haras es donde se crían los caballos, y el stud es el lugar de entrenamiento, donde se hacen trabajos intensivos de carrera”, nos aclara el oriundo de Mar del Plata. Las potrancas que son buenas corriendo vuelven para yeguas madres y, de esa manera, el Haras se va armando su selección con las más destacadas.Nacho, quien hace ya unos 15 años que está en Giles, asegura que “a los 20 o 30 días después de parir, la yegua se vuelve a servir; se hace lo imposible para preñarla y aprovechar al máximo su vida útil, ya que una yegua pura sangre de carrera a los 20 años ya es vieja”. Cuando un caballo de carrera ya es grande y deja de competir se le puede dar diferentes usos: si fue bueno en la actividad se deja como padrillo, en cambio, si no lo fue se capa y se regala o vende para andar, para equitación, para padrillo de polo, para mestizar yeguas, etc.El Haras Orilla del Monte no es muy grande en comparación con otros que hay en el país pero, a pesar de ser privado, para San Andrés de Giles tiene un valor muy grande. Brinda trabajo a mucha gente y, quiérase o no, representa de muy buena manera a la ciudad en las carreras más importantes del país. Y la labor que hacen es completa: va desde el parto del potrillo hasta que en los Hipódromos se escucha el famoso “y cruzaron el disco”.“EL TURF ES UNA ACTIVIDAD MUY JODIDA”DSC_0717De fondo, mientras limpian los boxes y les dan de comer a los caballos, los trabajadores del Haras Orilla del Monte escuchan tango. En esta oportunidad no sonaba el famoso “Por una cabeza”, compuesto por Carlos Gardel, que en su letra hace referencia a las carreras de caballos y a todo lo que rodea a esta actividad llamada turf. Ignacio Pereiras, que desde hace ya muchos años que está inserto en la temática, nos brinda su punto de vista de cómo es y cómo actualmente está la actividad en la que trabaja, los objetivos que se proponen dentro del Haras y de cuál es el negocio de este deporte.IC: ¿Cómo está actualmente el mercado de la venta de caballos pura sangre de carrera?I.P.: La mayor parte del mercado hoy por hoy es local, en otros momentos sí había compradores de afuera, por ejemplo sudafricanos. Esto en un momento bajó, y ahora se está reactivando de nuevo. Hace 5 o 6 años la actividad tuvo un auge muy bueno y se podía exportar muy fácil y había muchos compradores de afuera. La gente invertía en yeguas madres, en crianza, en servicios, se armaron centros de monta con padrillos de afuera. Luego, con el cepo cambiario y distintas trabas impositivas se cortaron las exportaciones. Quedó casi todo mercado local que, para los costos altísimos que tiene un Haras de caballos de carreras, no son los mejores precios.IC: ¿Qué lugar ocupa Argentina dentro del turf mundial?I.P.: Argentina tuvo muchos caballos destacados afuera, pero hay países que tienen tradición de turf. Hoy por hoy, el fuerte está en Estados Unidos. También Inglaterra, Irlanda y Francia son muy buenos en esta actividad. Acá en el país también es bueno el nivel, pero no se está a la altura de esos países. Lo lindo del turf, en cualquier país, es que cualquiera puede comprar un potrillo barato y después ganar carreras en San Isidro, como por ahí compran uno caro y no tiene condiciones para corres.IC: ¿Es el turf una actividad que involucra mucha gente?I.P.: Así es. La industria del turf da, directa e indirectamente, mucho empleo a la gente. En San Isidro, por ejemplo, por cada dos caballos hay un peón. Se mueve en base a personas, no hay máquinas.IC: En Orilla del Monte, ¿se ponen objetivos antes de cada temporada?I.P.: En el Haras el objetivo es sacar la mayor cantidad d caballos buenos. Es imposible ponerlo en números, porque es una actividad muy jodida que tienen muchísimas variables que no podes controlar. Entonces, un año te va súper bien y decís “tengo la formula perfecta” y al año siguiente haces lo mimo y no obtenés ningún resultado. Es una lotería.IC: ¿De qué manera se mantiene un Haras? ¿Cuál es el negocio?I.P.: Un ingreso del Haras es la venta de tu producción, la venta de potrillos que no llegan a los 2 años. Otro ingreso es el del stud, el ganar carreras que, obviamente te pagan premio. Y también dentro del stud otro negocio, que recién ahora se está reactivando, es vender el caballo bueno de training para el exterior. Eso hasta hace 5 o 6 años era lo que movía al turf. Un caballo bueno en training o ganador de un Clásico, lo podías vender en 200/300 mil dólares fácil. También la venta de los servicios de los padrillos es otro ingreso para el Haras.IC: Para las carreras, ¿cada haras tiene su jockey propio?I.P.: Los haras generalmente tienen contratado a un jockey principal que les trabaja los caballos antes de cada carrera. Igualmente cualquier jockey puede correr cualquier caballo sin antes entrenarlo. Los mejores jockeys no necesitan tener vareo con ese caballo, directamente van con alguna indicación previa, te lo corren y lo van a hacer bien seguro.IC: ¿Hasta qué edad un caballo puede correr en la elite del turf?I.P.: Hay caballos que corrieron hasta los 6 u 8 años en la elite del turf, como por ejemplo Life of Victory, de nuestro Haras, que ganó el Gran Premio Carlos Pellegrini, la máxima prueba de Sudamérica, en 2008.IC: ¿Cómo es la preparación del caballo para la carrera? I.P.: El entrenamiento es bastante común a lo que hacen los seres humanos: los caballos hacen pasadas, partidas de 800-1200 metros, dan vuelta de galope 2000 mts. para que tomen aire, etc. Son muy parecidos a las personas, en todo sentido.IC: ¿Son frecuentes las lesiones de los caballos de carrera?I.C.: Sí, son muy frecuentes. Las más comunes son los desgarros musculares, sobrecañas, fracturas, fisuras son algunas de las lesiones que tienen los caballos que compiten. Los potrillos de dos años, que todavía no terminaron de crecer, por ahí no tienen lesiones graves, pero sí dolores musculares o algunas otras patologías específicas.NÚMEROS3: los caballos del Haras que ganaron el Gran Premio Carlos Pellegrini (Life of Victory, Second Reality, Fire Wall)2: los años que debe tener un caballo para empezar a competir8: los años hasta los que corrió Life of Victory, caballo emblema del Haras60Km/h: es la velocidad que llega a correr un caballo de carrera.

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