El plan de los fierreros un domingo al mediodía es uno sólo. No hay excepciones. Asado (si se puede) y TC, o alguna categoría donde el ruido de los motores traspase la pantalla. San Andrés de Giles es una ciudad con una grata historia tuerca. Desde el recordado Rienzi, las épocas doradas del TC del Oeste, las carreras de motos en el Parque Municipal, las peñas de los muchachos del regional, hasta la actualidad, con Mathías Nolesi a la cabeza sumando más de 100 carreras en la máxima del automovilismo nacional.Pero además de Mathías y José Garavano, otro destacado del deporte, existe un vecino que ya es reconocido en los boxes de cualquier escenario del país: Juano Stupiello. Más allá de esa particular simpatía que lo caracteriza, Juano, se ganó un lugar entre los motoristas top del ambiente. Asomó triunfando en el TC Pista, en la recordada carrera bajo la lluvia en la catedral del automovilismo, pero se afianzó a fuerza de trabajo, dedicación y compromiso en los últimos años.Hoy es el preparador de grandes equipos, sus pilotos suelen celebrar en los escalones del podio luego de que la cuadriculada sintetice otro buen domingo. Infociudad aceleró a fondo para conocer la fortaleza gilense de Stupiello y los detalles de su carrera dentro del mundo de la competición. El laberinto de motores nos condujo al banco principal donde Juano pasa cada día de trabajo “limando”, como se dice en el ambiente, para que el fuego sagrado se apague con el champagne del ganador.IC: ¿Quiénes fueron tus influencias para insertarte en el mundo del automovilismo?JS: Tuve una y fue Juan Carlos Stupiello, el “Tola”. Era chiquito tendría 10 años, mi viejo ya había fallecido y empecé ir a lo del tío Juan, pasábamos toda la tarde en el taller del “Gordo” Perillo. Ahí nació la pasión con el automovilismo, con los motores.  A todos lados íbamos con él, en ese momento el “Tola” corría en TC Regional. Me venía a buscar a casa todos los días, era con el único que mi vieja me daba permiso para salir. La pasábamos lindo, una época hermosa.IC: ¿Cuándo te diste cuenta que de la pasión, los fierros, pasaron a ser tu profesión?JS: La verdad es que no me di cuenta, cuando quise acordar tenía 6 o 7 motores acá adentro del taller. Empecé en el 2002 cuando yo deje de correr, vino Rodolfo Bianchi (TCR) y me dijo… ¿No me miras el motor de mi Chevrolet que no tengo a quien llevárselo? Fue un desafío. También le empecé a alquilar el motor a Joni Rodriguez (TCR) que al año siguiente salió campeón. Cuando quise acordar tenía 7 motores. Hoy llegamos a un lugar que realmente me gusta, me encanta, lo llevo adentro, lo hago con muchas ganas y con pasión.IC: ¿Qué motores estas atendiendo ahora?JS: Hay muchos. Acá en el taller tengo 15 pero en total son 24 que van y vienen. En las categorías más conocidas preparamos el TC Mouras de Gastón Rossi (último ganador), en el TC Pista Mouras a Lucas Alonso y Juan Escoltore y hasta esta carrera que pasó teníamos en el TC Pista a Valentín Aguirre que a partir de ahora se cambió de marca y pasó a Dodge con motor Cherokee. Estamos bien, peleamos campeonatos y somos en casi todas las carreras protagonistas. Es un orgullo.IC: ¿Pensaste en incorporarte al TC con motor propio?JS: Estamos viendo la posibilidad de comprar un motor, no es fácil porque los costos se elevaron bastante pero si me gustaría y tengo ganas. Antes de fin de año queremos adquirir un kit de los 24 válvulas para ver si el año que viene podemos arrancar ya en el TC.IC: ¿Te gustan estos motores nuevos? JS: Son muy lindos, modernos. Desde que salieron quiero armar uno pero se estaban rompiendo muy seguido y no me podía arriesgar, es mucha plata. Si bien hay gente que me da una mano para adquirirlo decidimos esperar.IC: Parece que le encontraron la vuelta ahora…JS: Si, parece que ya funcionan bien. Lo que era más blando a la rotura es decir, la tapa de cilindro, válvulas y resortes se están reemplazando para obtener una mejor calidad y aparentemente estarían solucionando los problemas.IC: ¿Si tuvieras que elegir un momento en tu carrera con cual te quedas?JS: Fueron todos lindos. Verlo a mi tío el “Tola” de abajo del auto era indescriptible. Me quería subir todo el tiempo, no había forma de pararme. Después cuando corrí fue algo especial. Armar el auto de cero, ponerlo en marcha.  Y ni hablar cuando ganamos por primera vez en Pilar, ¡encima iba con mi hermano Fede de acompañante! es algo que no me lo olvido más. Después cuando salí campeón como motorista el mismo año con dos autos diferentes en el TC Regional fue algo fascinante, una emoción que no la podes suplantar con nada. Y ahora el momento que estamos viviendo es muy bueno, ganar carreras los fines de semana, en su momento con José Garavano. El automovilismo me dio cosas espectaculares.IC: Siempre te vimos laburar con tu hermano Federico al lado, eso debe ser especial también…JS: Sí siempre fue así. Me acuerdo que nos hablábamos arriba del auto mientras corríamos. Me decía el “Tosudo”, porque me colocaba el casco, me abrochaba el cinturón y empezaba a toser hasta ahogarme (risas). Después ponía en marcha el auto y me transformaba.  Fede también me acompaño mucho con la parte del chasis, el siempre alineaba los autos, los ponía a su gusto y funcionaban bien.IC: ¿Qué relación tenes con los pilotos?JS: La mejor, a veces con algún piloto te enojas porque pensas diferente. Pero en líneas generales nos llevamos muy bien. Los pilotos que me han tocado principalmente son buena gente y a veces entienden cuando el motor no anda o ellos no tienen el mejor día. Lo que si saben es que nosotros le ponemos onda, la mejor calidad al trabajo y lo hacemos con mucha pasión, entonces generalmente tenemos buenos resultados.IC: Por último… ¿Como ves el automovilismo local?JS: A mí me gustaría que haya más pilotos. Es una situación complicada la que estamos viviendo en el país, ahora está Mathías que es un caso excepcional, el “Mota” Latorre y Ariel Muñoz como binomio y Agustín Guillet nada más. Son pocos los que están corriendo en karting. La parte económica está tan complicada que a veces es difícil armar un auto de carrera. Las cosas cambiaron, yo me acuerdo que en el año 98 o 2000 hacíamos una cena con 25 personas y me pagaba la carrera. Hoy con 25 personas no te alcanza ni para comprar una cubierta, entonces es complicado. En esa época había 15 pilotos en el TC Regional. Fue fantástico. Ojalá en algún momento la pasión por el automovilismo vuelva a resurgir.