La llegada del receso invernal, no impidió que la comunidad de ADEA siga en actividad. Tal es así, que aprovecharon las vacaciones para reformar la sede de Soulet 1359, en donde realizan los trabajos pedagógicos. El lugar que antes ocupaba la pandería, fue ampliado al anexar otros dos ambientes adyacentes. Esto permitió dividir el edificio a la mitad: de un lado, se construyeron gabinetes para la secretaría y el sector de psicología; del otro, se armó una cocina para que los alumnos puedan merendar. Además, se agregó una segunda salida de emergencia.

“El lugar quedó más funcional y más seguro” detalla Fabio Portesi, presidente de ADEA. “Para hacer esto, usamos fondos de la panadería, parte de la cuota de los socios y el dinero que ingresó gracias a la última rifa que hicimos. Con eso pagamos los materiales” explica. La mano de obra fue totalmente gratuita para la institución, ya que una familia cercana a la comunidad se encargó de pagarle a los abañiles.

El éxito de Manos en la Masa

Al momento de hablar del taller de panadería, Fabio celebra: “está andando re bien. El primer mes, nos quedaron 80 mil pesos que usamos para comprar un frizzer vertical; el segundo mes nos quedaron 70 mil pesos. Para una institución como nosotros está re bien. Por suerte la panadería viene manteniendo los mismos números desde que arrancó. Uno pensaba que al principio iba a ser un furor y después iba a caer, pero no, viene parejito por suerte“. Esta situación permitió subir el salario de los panaderos y empezar a diagramar nuevos proyectos a futuro.

ADEA, un caso singular

No hay registros en toda la región de otra institución que haya crecido al ritmo de ADEA. “Te diría que el nuestro es el proyecto más lindo de la zona” señala Portesi. “No hay otra institución que tenga un edificio propio como nosotros, con las comodidades que tenemos y los trabajos que realizamos. Hay algunos que se dedican a hacer bolsas, otros que cosen, pero yo creo que el proyecto de Giles es uno de los más importantes” agrega con orgullo.