Alegría, admiración, orgullo, satisfacción, respeto, entusiasmo, euforia, disfrute…Un cúmulo de sensaciones se acumularon en el mítico Luna Park, el pasado 30 de octubre, en lo que fue la celebración del 3er. Día Paralímpico Argentino. Durante la calurosa jornada, miles de espectadores pudieron ver las exhibiciones de distintos deportes paralímpicos, como fútbol para ciegos (Los Murciélagos) tenis adaptado, quad rugby, vóley sentado, básquet en sillas de ruedas y powerchair football (fútbol en sillas motorizadas).En esta oportunidad, y debido a que un joven talento gilense es uno de los protagonistas, centraremos la atención en el último mencionado. El powerchair football es el primer deporte especialmente diseñado para personas con discapacidad motriz que utilizan una silla de ruedas motorizada para moverse de manera independiente. Es un juego competitivo, formativo y recreativo que está en Argentina hace 3 años y ya cuenta con 6 sedes (Buenos Aires –Gral. Pacheco-, Córdoba, Bahía Blanca, Mar del Plata, Rosario, La Plata) y más de 60 jugadores, entre los que se encuentra Mateo Rolandi, el cuatrillizo oriundo de nuestra ciudad.Fanático del fútbol y de San Lorenzo, siempre participa en los “picados” familiares, a veces como un eximio arquero, otras un polémico árbitro y también es un riguroso y apasionado DT. En abril del 2015, casi de casualidad, sus padres se enteraron e interiorizaron en el nuevo deporte y desde ese momento Mateo entrena dos veces por semana en el microestadio de la UTN de Pacheco, donde hay un gran gimnasio con marcas especiales en el suelo para diferenciar el área y con arcos específicos.Su papá, Claudio, sostiene que “desde que arrancó con esta actividad se lo nota más feliz, motivado e involucrado con un grupo de jóvenes, con quienes comparte una situación  parecida; él espera los días de entrenamiento con sumo entusiasmo y, como es un apasionado del fútbol, puede practicarlo de una forma adaptada”. Además, resaltó la importancia de la posibilidad de hacer nuevas amistades.El powerchair se juega entre 2 equipos de 4 jugadores: 3 en campo y un arquero. Se utilizan sillas de ruedas motorizadas que no pueden pasar los 10 km/h y que están adaptadas con una protección de pie que sirve para controlar e impactar la pelota de cuero N° 10, de 33 cm. de diámetro que se utiliza. Los partidos a nivel internacional oficial son de 2 tiempos de 20 minutos cada uno. En esta disciplina, Mateo combina tanto sus habilidades sobre la silla como así también la velocidad, potencia y versatilidad propias de la silla motorizada.Para muchos de los chicos que integran Los Tigres de Pacheco –así es como se conoce al equipo de la sede- esta actividad es la que permitió que formen parte activa del deporte, que jueguen y que dejen de verlo desde afuera. Es, sin dudas, un espacio de integración, en el que todos cumplen su rol específico, sin dejar de lado el trabajo en equipo. En el powerchair todos pueden jugar, no importa la patología que tengan; tampoco hay límite de edad y pueden ser de cualquier sexo. En la exhibición del Luna Park, por ejemplo, Daniela fue la arquera de uno de los equipos.Mateo asegura que la pasa muy bien practicando este juego, “porque comparto momentos con mis compañeros y juego al fútbol, que es el deporte que más sigo; además, es una actividad más para mí”. Al proponerle que se compare con algún jugador de fútbol profesional no duda en decir “Messi u Ortigoza, aunque a veces también puedo ser como Torrico, el arquero de los Cuervos”. Para confirmar su apreciación, cabe decir que en la cita del Día Paralímpico se dio el gusto de atajar un penal ante miles de personas que lo miraban y aplaudían.El powerchair cuenta con un campeonato nacional y también se disputan competencias como la Copa Libertadores y el Mundial. El deporte cuenta con una selección argentina, cuyo último torneo lo disputó en Francia. La Fundación Powerchair Argentina tiene reconocidas personas que hacen las veces de padrinos, entre las que se destacan el exfutbolista Matías Almeyda, el periodista deportivo Pablo Giralt y el artista Milo Lockett.El desarrollo del deporte se está dando en gran medida. No sólo se trata de que un grupo de chicos entren a una cancha, sino que va mucho más allá; se trata, además, de promover su inclusión social, basándose en la generación de nuevos vínculos y amistades entre los participantes.El powerchair es una clara evidencia de que el deporte es una herramienta de inclusión por excelencia, mediante la cual se inculcan valores que sirven para el día a día de sus vidas. Tanto Mateo como sus compañeros sienten, de alguna manera, que cumplieron el sueño de jugar al fútbol gracias a la aparición del deporte en el país. Muchas veces lo vieron desde afuera, pero hoy son ellos los héroes de la pelota.Video presentación del deporte realizado por la Fundación Powerchair Argentina: