“Más allá de lo que se cree estas plantas no son parasitas, no se alimentan de los nutrientes del árbol”, aclaró el Ingeniero Forestal y empleado de la secretaria de Medio Ambiente José Luis Ponti, y explicó “son epifita, son plantas que se adiaran a lugares rugosos y se alimentan de la humedad del aire, ejemplo de esto es que también se pueden encontrar adheridas a los cables de luz”. Por esta razón se considera que no matan al árbol o a la rama donde se alojan.Infografía.Si prestamos atención a los árboles que tienen claveles del aire en sus ramas podremos notar que esta rama no tiene hojas, está debilitada o completamente seca. “La razón por la que en ramas secas o débiles crece esta planta epifita es porque encuentra un espacio ideal para adherirse, la rugosidad de la corteza en una rama seca o débil es mayor”, contó el Ingeniero Forestal.Su nombre científico es Thillandsia Recurvata; hay una sola especie pero muchas variedades. Popularmente se lo conoce como clavel porque sus hojas son parecidas a las de esa planta. La referencia “del aire’ es porque vive del aire, el agua, el sol y el amoníaco. Cuando cae al suelo, muere.
La flor produce semillas muy pequeñas, que se diseminan por el viento, depositándose en cortezas rugosas de árboles añosos o donde hay polvo. “Su forma de reproducción si es de plaga, por la cantidad de semillas que produce y como se esparce rápidamente”, reflexionó Laura Riggazzi dueña de un vívero en Giles y agregó “no nos consultan los clientes por este tema”.Los dos especialistas que fueron consultados concordaron en que el clavel del aire no mata al árbol, sino que encuentra lugar para desarrollarse en ramas ya débiles o muertas. Sí, existe la posibilidad que un crecimiento desmedido de este puede hacer que cubra mucha superficie haciendo que el árbol pierda contacto con el aire. “Hasta el momento no ha sido identificado si segrega alguna sustancia orgánica que afecte al árbol donde se adhirió”, es precavido el Ingeniero en cuanto a descubrimientos futuros.¿Qué hacer, como controlarlo?Todas las prácticas y ensayos que cuentan los consultados por Infociudad confirmaron que la mejor forma de controlar la población de los claveles del aire u otras variedades (barba del diablo) es de forma mecánica, ósea retirarlas de las ramas con la mano y tirarlas al piso. La fumigación no es recomendable porque tiene bajos porcentajes de efectividad, difícil aplicación y no es aconsejable en zonas urbanas.El clavel del aire se desarrolla en gran variedad de especies: cedros, cipreses, pinos, crespones, robles, cítricos, fresnos, arces, olmos, araucarias, ligustros, tipas, jacarandáes y lapachos, entre otras.